Sexo

Curiosidades en la cama

Encuéntrome en una nueva residencia y para mi sorpresa esto ha inspirádome una nueva entrada para el blog. Llevo —hasta el cierre de esta publicación— tres días y en realidad no he explorado los alrededores sino más bien sus interiores. El primer día tuve que compartir habitación y no es que quéjeme de la compañía pero duermo mejor a solas.

Entonces han otorgádome una habitación provisional, es un cuarto/estudio no sé en qué categoría ponerlo; tiene una cama, un librero de pared a pared y un escritorio con varios estantes.

En el librero se posan en su mayoría enciclopedias varias, historia universal, geografía, literatura, ciencias naturales, jurídicas, en fin, mucho buen material, pero llámome la atención dos volúmenes de pasta dura blanca y brillante, con el título en el lomo con letras de mediano tamaño que sólo sosteniendo el libro de cerca se puede leer su inscripción, resulta que es el Kama Sutra en fotografías, con personas reales y uno que otro dibujillo del kama sutra antiguo.

Pero no fueron las posturas sugerentes, los nombres a las mismas o el origen del nombre  —no es por alardear pero ya las he experimentado todas , resulta que no son muchísimas posturas diferentes unas de otras sino, más bien, variantes, con una pierna de fuera, dos de fuera, una dentro, dos adentro, una flexionada, dos flexionadas, etcétera— lo que ha inspirado me hacer este post, sino cuando se llegan a hacer esas posturas diferentes a las habituales.

Ya saben eso de “ponerle sabor”, “salir de la rutina” en pareja y que cuando se experimentan en realidad parece un acto circense que pura pasión desenfrenada.

“A ver, amor, y si me pones la pierna acá”, “y si te volteas te pones de lado acostada y te la meto yo parado”.  Y ahí están los cuerpos contorsionándose, haciendo el doblez estilo origami, tratando de tener precisión pero después de unos segundos, dependiendo la dificultad de la postura, se te acalambran las piernas, se corta la circulación de medio cuerpo, no hay mucho margen para movimientos oscilatorios y terminas diciendo: “mejor la de siempre que ya me cansé”.  Y es que si tratas de imitar las posturas como las imágenes dibujadas creo que corres el riesgo de un desgarre muscular o que se disloque un hueso. He aquí el ejemplo:Imagen

Al ver todas las imágenes del libro recordé todas las veces que sucede algo gracioso en “plena acción”, uno está en su papel de amante seductor, demostrando sus buenas dotes, pero el factor “sorpresa graciosa” puede formar parte de modificar el ritual de lo habitual (sí, como el disco de Janes Addiction).

Que si de tanta fuerza se caen de la cama, que si la cabecera hace mucho ruido golpeando la pared, que si han bebido mucho agua  ya sea tú y/o tu pareja que con la “penetrada” se escuchara como depósito de agua en movimiento. Que hayas comido algo muy condimentado y eructes, o que la comida ya está más que digerida y lo que desea es salir por tu tracto intestinal.

Que si metes y sacas tu lingam —nombre designado al sexo del hombre según el Kama Sutra— y te metiste al hoyito que no era. Que si la yoni de tu pareja —nombre para la vagina— se suelta una ventosidad y es algo que ella no puede controlar por más que la quiera cerrar.

Entonces las risas son incontenibles y puedes perder la concentración.  Tienes dos opciones, reírte sólo un poco y continuar con la “acción” o soltar la carcajada y terminar lo que estabas haciendo para retomarlo después. ¿O es que sólo a mí me ha sucedido?

Como quiera que sea, este libro deja me una reflexión, aunque sus fotografías se vean muy sensuales, a la hora de la hora el sexo no es como el libro o las películas, siempre sucede algo que no estaba previsto y no hay nada más romántico que en presencia de tu pareja puedas soltar pedos a gusto sin que te diga o mire raro.