Apertura

Cuando rascarse el ombligo puede ser productivo

Era una tarde calurosa de invierno, de ésas que sólo se sienten en países caribeños, después de una intensa maratón de holgazanería, un holograma imaginario del invento de Thomas Alba Edison se manifestó cerca de nuestras cabezas, brillaba y titilaba como cirio pascual de catedral metropolitana, y fue en ese momento que este conjunto de cerebrazos, poco ortodoxos y toscos, tuvo la ocurrencia de formar una página con el único propósito de desfogar sus más recónditas sapiencias ideas.

Quizá fue el calor abrasador o el crujir de la tripa sabatina –de esa que rompe la dieta– que quisimos empezar ni tardos ni perezosos a escribir las primeras líneas experimentales «lo que viene siendo» de un blog.

Al plantearnos que haríamos esto, nos surgieron dudas, nos desalentaba leer las políticas de privacidad de varios sitios de blog gratuitos –es una lástima que para poder expresar tus ideas éstas no terminen siendo tuyas al final–. Pero nuestro interés por crear un sitio en la red fue más grande que los términos y condiciones de blogspot, wordpress, tumblr y derivados imponen.

La necesidad que tenía internet –sí, lo sabemos, no nos pudimos resistir– de nosotros reforzó la idea primaria de interrumpir nuestro ocio del día a día y brindarle a la bloggósfera más de lo mismo.

Quizá fue el hedor de sobaco de tres días sin ducha o el olor de puerto marisquero de nuestras entrepiernas lo que propició que nuestras dentritas (mareadas y aturdidas) se pusieran a trabajar como mono en fábrica asiática –con el perdón de los asiáticos y de los macacos también–, no lo sabemos, pero el hecho de empezar nos ha dado ese empujón de optimismo estúpido que requeríamos para tan meticulosa tarea.

Probablemente no se pregunten quienes somos nosotros, no se apuren, de cualquier manera no lo íbamos a decir. Dejaremos que el proceso de la creación se encargue de ello y como todo buen comienzo no sabremos que rumbo tomará pero esperamos que no nos salga vana la nuez.

Atentamente

La redacción.