A pocos días del natalicio de Lars von Trier (30 de abril) creímos pertinente dedicarle un post al director y a su más reciente trabajo fílmico Nymph()maniac. Y es que esta película es toda un declaración a la doble moral mojigata de la sociedad global.
El mundo del cine tiene muchas divisiones y subdivisiones pero hay dos principales, los consentidos dorados de Hollywood y los inadaptados, y es ésta última donde está Lars. Está claro que von Trier es un cineasta, pero su obra está del lado de los “incomprendidos” y así le ha sucedido a diferentes creadores lo largo de la historia del cine, sólo el tiempo se dedica a darles su reconocimiento y valor.
Es increíble cómo los periodistas y el público en general toman literalmente las palabras de Lars. Sí, en Cannes 2011, mencionó que quería hacer una película porno junto a Kirsten Dunst con una duración de 3 o 4 horas de sexo explícito, afortunadamente no pasó ni lo uno ni lo otro.
He aquí una prueba más de que las masas se dejan guiar por simples palabras como si fueran imperativas en vez de entender el sentido del humor y sarcasmo con el que fueron dichas. Sobre todo al mencionar que podía entender a Hitler como hombre, y por las cuales en este festival de cine se le declaró como persona non grata. Aquí el enlace para más detalles: http://www.youtube.com/watch?v=LayW8aq4GLw —Esperamos que este director no sea recordado más por este malentendido comentario que por su propia obra—.
Para comenzar hay que aclarar que Nymph()maniac NO ES PORNOGRAFÍA per se. Es una desgracia que los medios informativos muestren el lado morboso de sus pensamientos hacia una creación cinematográfica que no debería ser reducida ni categorizada dentro del cine para adultos —que bueno, si un mosalbete de 13 años ve esto o se pone cachondo o se trauma por no comprender ni coño de lo que va la obra—.
La película, por supuesto, es provocadora, pero no hay que adelantarnos a lo que nuestras malsanas mentes nos predisponen a pensar, lo es no por su contenido gráfico sino por su agudo, subversivo e ingenioso guion. Y un aplauso a la dirección de actores de Lars, porque es la primera —quizá la última— vez que vemos a Shia Labeouf actuando en toda la extención de la palabra. La fotografía impecable, el sonido magnífico, el ritmo y las actuaciones son de lo más destacables.
Está dirigida a un público intelectualmente maduro más que a un público adulto. Aquellas personas que les resulte ya sea verbal o gráficamente, obsceno, indecente y grotesco, las palabras vagina, pene, testículos, nalgas, felación, cunnilingus, masturbación, penetración, y que sólo se centren en eso, abstenerse de ver el filme.
¿Qué es lo que hace interesante a Nymph()maniac? Simple y llanamente, el DERECHO a la libertad sexual de las mujeres.
La película se centra en los cuestionamientos individuales y sociales sobre la vida sexual de una mujer; de lo inadecuado, de lo propio, de lo impropio, de lo normal, de lo anormal, de lo moral y lo amoral. A lo largo del filme se expone la vulnerabilidad de la libertad sexual desde la perspectiva femenina.
El poco criterio, principalmente masculino, para distinguir la independencia, la libertad de opinión y elección que tienen las mujeres frente a su propia forma de vida, ya no digamos de sexo sino cultural, ideológica, económica y socialmente, lleva consecuencias profundas ante la falta de seguridad y confianza entre hombres y mujeres. Y porque seamos honestos, todavía falta mucho para la equidad de géneros.
«La redacción» le da cinco estrellitas a esta película y pulgares arriba para el señor Lars von Trier.
La palabra absoluta 